Remolinos de Papel, Esculturas de Tiempo: Una Nueva Dimensión Fotográfica

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Jairo Llano (1979) artista, arquitecto y fotógrafo colombiano, nos invita a sumergirnos en un universo donde el papel se transforma en tiempo. Sus esculturas, delicadas y efímeras, desafían las leyes de la gravedad, creando remolinos que parecen suspendidos en el aire. Cada pieza es una instantánea de un momento fugaz, una reflexión sobre la fragilidad de la existencia y la inexorable marcha del tiempo. A través de la fotografía, la artista captura la belleza efímera de estas creaciones, invitándonos a contemplar la danza entre lo tangible y lo intangible.

The memory hug - Series

Cada escultura de papel es una metáfora del paso del tiempo y la fragilidad de la existencia. Los remolinos, aparentemente eternos en su movimiento, son en realidad efímeros, condenados a deshacerse. Esta fragilidad inherente a las obras refleja nuestra propia condición humana: somos seres en constante transformación, sujetos a la inexorable marcha del tiempo. La imperfección y la incompletitud son elementos fundamentales en mi trabajo, pues reconocen la naturaleza evanescente de la vida y la imposibilidad de capturar un momento de forma definitiva.

Mi obra se sitúa en un espacio liminal entre la fotografía y la escultura, desafiando las clasificaciones tradicionales. La fotografía captura la esencia efímera de las esculturas de papel, mientras que estas últimas añaden una dimensión física y tangible a la imagen. Esta hibridación única dificulta su encasillamiento dentro de una categoría específica, lo que la convierte en una propuesta original y desafiante. Es fundamental buscar un lugar para este tipo de obras en el discurso artístico, para que puedan ser apreciadas en toda su complejidad y originalidad.

La creación de cada escultura es un ritual que implica una profunda conexión entre el artista y el material. El papel, con sus inscripciones cargadas de significado, como en el triptico con hojas del libro "Pedro Páramo" se convierte en un medio para la exploración formal. A través de la repetición de un gesto sencillo —apilar, ordenar, equilibrar—, el artista busca encontrar la forma perfecta, aquella que satisfaga tanto su ojo como su intelecto. Este proceso, lleno de ensayo y error, es esencial para lograr una obra que transmita una sensación de equilibrio precario y belleza efímera.

La escala juega un papel fundamental en la percepción de estas obras. Las fotografías, al ser impresas en gran formato, generan un desconcierto visual que invita al espectador a cuestionar la realidad de lo que está viendo. La minuciosidad con la que se han construido estas esculturas, a partir de la acumulación de pequeños fragmentos de papel, se revela en todo su esplendor a través de la lente de la cámara. Sin embargo, la ausencia de un soporte visible y la aparente ingravidez de los remolinos crean una sensación de irrealidad, llevando al espectador a preguntarse si lo que está observando es el resultado de una manipulación digital o una alucinación. Esta ambigüedad entre lo real y lo virtual es intencional y busca desafiar las convenciones de la representación artística.

En definitiva, estas esculturas de papel y sus correspondientes fotografías nos invitan a reflexionar sobre la naturaleza del tiempo, la fragilidad de la existencia y la capacidad del arte para desafiar nuestra percepción de la realidad. A través de un proceso creativo minucioso y una estética visualmente impactante, Llano nos sumerge en un universo donde lo tangible y lo intangible se entrelazan, invitándonos a cuestionar nuestras propias certezas y a explorar nuevas formas de ver el mundo. Estas obras, al igual que los remolinos de papel que las inspiran, son efímeras y están destinadas a desaparecer. Sin embargo, su huella perdurará en la memoria de aquellos que las contemplen, dejando una profunda impresión y un anhelo por lo intangible.

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Jairo Llano invites us to immerse ourselves in a universe where paper transforms into time. His delicate and ephemeral sculptures defy gravity, creating whirlwinds that seem suspended in mid-air. Each piece is a snapshot of a fleeting moment, a reflection on the fragility of existence and the inexorable march of time. Through photography, the artist captures the ephemeral beauty of these creations, inviting us to contemplate the dance between the tangible and the intangible.

Each paper sculpture is a metaphor for the passage of time and the fragility of existence. The whirlwinds, seemingly eternal in their movement, are in reality ephemeral, doomed to disintegrate. This inherent fragility of the works reflects our own human condition: we are beings in constant transformation, subject to the inexorable march of time. Imperfection and incompleteness are fundamental elements in my work, as they acknowledge the evanescent nature of life and the impossibility of capturing a moment definitively.

My work occupies a liminal space between photography and sculpture, challenging traditional classifications. Photography captures the ephemeral essence of the paper sculptures, while the latter add a physical and tangible dimension to the image. This unique hybridization makes it difficult to categorize within a specific category, making it an original and challenging proposition. It is essential to find a place for this type of work in the artistic discourse, so that it can be appreciated in all its complexity and originality.

The creation of each sculpture is a ritual that involves a deep connection between the artist and the material. Paper, with its inscriptions laden with meaning, as in the triptych with pages from the book "Pedro Páramo," becomes a medium for formal exploration. Through the repetition of a simple gesture - stacking, ordering, balancing - the artist seeks to find the perfect form, one that satisfies both the eye and the intellect. This process, full of trial and error, is essential to achieve a work that conveys a sense of precarious balance and ephemeral beauty.

Scale plays a fundamental role in the perception of these works. The photographs, when printed in large format, generate a visual confusion that invites the viewer to question the reality of what they are seeing. The meticulousness with which these sculptures have been constructed, from the accumulation of small fragments of paper, is revealed in all its splendor through the camera lens. However, the absence of a visible support and the apparent weightlessness of the whirlwinds create a sense of unreality, leading the viewer to wonder if what they are observing is the result of digital manipulation or a hallucination. This ambiguity between the real and the virtual is intentional and seeks to challenge the conventions of artistic representation.

Ultimately, these paper sculptures and their corresponding photographs invite us to reflect on the nature of time, the fragility of existence, and the ability of art to challenge our perception of reality. Through a meticulous creative process and a visually striking aesthetic, Llano immerses us in a universe where the tangible and the intangible intertwine, inviting us to question our own certainties and to explore new ways of seeing the world. These works, like the paper whirlwinds that inspire them, are ephemeral and destined to disappear. However, their mark will endure in the memory of those who contemplate them, leaving a deep impression and a longing for the intangible.

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